miércoles, 13 de agosto de 2008

Aprenda a controlar sus reacciones

¿Ha pensado alguan vez que sus reacciones pueden tener un mayor efecto que sus acciones? Las acciones son también de vital importancia ya que podemos ayudar o herir con nuestras acciones a quienes amamos. Ahora bien, aunque nuestras acciones sean las correctas, podemos llegar a destruir nuestras relaciones por culpa de las reacciones inadecuadas.
Por ejemplo, si uno no miente, ni engaña, ni comete adulterio, ni roba, ni se emborracha, podría obtener una nota excelente en cuanto a su comportamiento. Sin embargo, ¿qué sucede si ante un conflicto, uno tiene un arranque de celos, de odio o de venganza? En sentido escricto, mis reacciones pueden causar un daño mayor (o mayor armonía, según sea el caso) que mis acciones.
Muchas veces, cuando reaccionamos de manera inadecuada solemos justificarnos: "No era yo. Sé que tengo mal carácter, pero no era yo..." Tengo una noticia que darle: Ese es usted.
Nuestra manera de responder ante el conflicto revela nuestro verdadero yo.
Véalo de este modo. ¿Qué sucede cuando colocamos un saquito de té en una taza llena de agua caliente? El agua comienza a teñirse de color oscuro. ¿Porqué? ¿Acaso el agua caliente se tiñó sola? No. Ese color oscuro estaba dentro del saquito de té y el agua caliente lo único que hizo fue hacerlo surgir.
¿Y qué sucede cuando uno exprime un limón? Un jugo ácido comienza a salir. ¿Acaso la presión sobre el limón fue la que hizo que fuera ácido? No. La presión para exprimirlo lo único hizo fue hacer salir toda esa acidez que el limón tenía adentro.
Del mismo modo, cuando nuestras relaciones se ven estrujadas o en agua caliente, lo que brota es lo que tenemos adentro. De ahí que debamos trabajar no solo sobre nuestras acciones sino también sobre nuestras reacciones en los momentos de crisis.

Por: Ed Young
Segmento tomado de la página 98 y 99
de libro: "Los 10 Mandamientos del Matrimonio"

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